Luego de una larga pausa, retomo la escritura; afortunadamente no fue a consecuencia de alguna enfermedad o duelo. Sencillamente pienso que cuando le damos mayor valor a las redes sociales que a nuestra propia vida, estas nos encasillan y pasan a ocupar la mayor parte de nuestro tiempo útil. Pareciera que lo más importante es aumentar la cantidad de seguidores y conseguir el mayor número de likes diarios donde abunda contenido frívolo de escaso valor. Casi que nos arrastran en una competencia que te frustra y margina si no logras satisfacer las expectativas de los consumidores.
Por otra parte la irrupción del Covid-19 en la esfera global con el consecuente aislamiento, volcó en el internet el desarrollo de actividades en telemedicina, teletrabajo, teleclases, el tiempo de permanencia y exposición en las redes sociales aumentó proporcionalmente. En los países más pobres, con escasa conexión y equipos, los grandes perdedores fueron los niños y adolescentes, quienes vieron las actividades académicas y de formación mermadas y disminuidas. Por otra parte, los docentes habituados a las clases magistrales se vieron de pronto convertidos en “analfabetas tecnológicos” incapaces de orientar y adecuar estrategias educativas que favorezcan el aprendizaje en los estudiantes; ni hablar de los que sólo se limitaron al “corta y pega” de textos sin análisis ni reflexión.
Otros más afortunados, contaron con adultos que orientaron las actividades (sin hacércelas) propiciando la responsabilidad y autonomía. Estas situaciones evidencian una vez más, la necesidad de formar a los docentes en TIC’s así como la incorporación de nuevas estrategias pedagógicas en beneficio no de “aprobar” estudiantes sin saber, sino propiciar el pensamiento crítico y reflexivo, el razonamiento, la lectura comprensiva, la resolución de problemas y habilidades para la vida.
No podemos permanecer aislados del mundo exterior permaneciendo ajenos a los cambios, pero tampoco consumir horas de tiempo útil con el teléfono inteligente o la computadora en detrimiento de las horas de descanso y de tareas, sindéresis ante todo.