El reconocimiento

Antes de abordar el reconocimiento, resulta oportuno partir primero de las necesidades humanas entendidas como todas aquellas cosas que las personas necesitan para vivir una vida plena y saludable: salud, alimentación, afecto, protección, entre otras. Pero no a todas las necesidades les otorgamos el mismo valor ni jerarquía.

Abraham Maslow desarrolló la pirámide de necesidades, colocando en la base las necesidades primarias; aquellas referidas a la subsistencia que han de ser satisfechas, imprescindibles para vivir: alimentarse, dormir, respirar, beber agua. Por encima de estas se hallan las necesidades secundarias, aquellas que aumentan la satisfacción y bienestar del ser humano, como tener acceso a los servicios de salud, empleo e ingresos que aseguren ingresos y vivienda, derechos que garanticen sus propiedades, o la necesidad de estar comunicado. Por último; necesidades terciarias basadas en los aspectos sociales, convivencia o reconocimiento social cuando se han satisfecho las necesidades primarias y secundarias; hablamos de formar parte de un grupo de amigos y conocer gente afín con quien compartir aficciones, recibir el cariño y afecto de la familia y seres queridos, destacar en el trabajo donde se premie la buena consecución de objetivos y labor realizada, ser responsable por las acciones generadas, y generar buenas relaciones en al campor laboral.

Para la Real Academia Española es admitir o aceptar algo como legítimo, que alguien o algo tiene determinada cualidad o condición; en consecuencia se puede decir que el reconocimiento ocurre cuando nos sentimos valorados y competentes por nuestros hechos y cualidades. El reconocimiento está muy ligado a la estima que se siente por sí mismo.

La alta autoestima se asocia a la confianza, independencia, importancia, logros, aprecio, dignidad entre otros; la motivación está relacionada a lo que se siente en relación a nosotros mismos y la validación de otras personas (reconocimiento). La necesidad de reconocimiento es algo que todos los seres humanos necesitamos. Desde pequeños, un niño necesita la aprobación de sus padres; más adelante desde las etapas juveniles aprendemos sobre respeto y cariño, valores que nos hacen sentir reconocidos. Una vez reconocidas nuestras cualidades y capacidades, estas nos permiten desarrollar nuestra autoestima y autoconfianza.

Desde el punto de vista laboral, es importante que los empleadores y quienes ejercen el liderazgo en empresas y corporaciones aprecien no sólo el rendimiento de sus subordinados; sino que también sean capaces de reconocer y valorar las cualidades personales, proactividad e iniciativa de cada uno de sus empleados, y a la vez hacerlos sentir que forman parte de la familia organizacional y son tomados en cuenta. Un empleado no reconocido por sus superiores buscará otro empleo donde pueda crecer, o probablemente se convertirá en una persona disruptiva.

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