Los buenos hábitos se forman desde la infancia; por eso cuanto más pronto comience mejores prácticas tendrán de adultos. Sin importar la edad ninguna persona es demasiado joven para comenzar a ahorrar. A los niños hay que enseñarles el valor del dinero y cómo se obtiene.
Es aconsejable enseñar a los pequeños el valor del esfuerzo por alcanzar una meta, el costo del dinero, la disciplina y la sensación de logro al alcanzar una meta. El ahorro es un buen hábito que les ayudará a fomentar el conocimiento financiero, así en el futuro caundo sean adultos gastarán e invertirán de manera inteligente.
Ahorrar es una práctica que impulsa el esfuerzo, responsabilidad, independencia, autonomía y honestidad. El ahorro también es aplicable al uso inteligente de recursos como la electricidad y el agua. Los niños necesitan un objetivo para canalizar sus esfuerzos, por eso es conveniente fijar una meta para empezar a ahorrar; desde una película, juguete o inclusive invertir en instrumentos financieros para incrementar su dinero.
Resulta conveniente establecer una fecha para depositar el dinero así como enseñarles la importancia de cumplir con los pagos o compromisos con puntualidad. El niño que reciba una sólida educación financiera, será un adulto responsable que estará en la capacidad de asumir riesgos, deudas y guardar para la vejez, sacándole partido al sistema financiero del país.