A lo largo del desarrollo humano (aún antes de nacer) se producen una serie de cambios biológicos, físicos, emocionales, psicológicos y sociales que atraviesan las personas a lo largo de su trayectoria vital. Cada una de estas fases de desarrollo traen consigo una serie de cambios que son indispensables para la evolución del individuo, de allí que sea importante conocer las características de cada uno. El ciclo de vida de una persona implica siete etapas:
- Fase prenatal o embarazo,
- Infancia,
- Niñez,
- Adolescencia o pubertad,
- Juventud,
- Adultez, y
- Ancianidad o vejez.
A su vez, cada etapa se ve fuertemente influenciada por el entorno social, costumbres creencias, historia, hábitos alimenticios, o folklore, las cuales se diferencian entre una sociedad a otra; eso explica porqué un niño de siete años en Etiopía sea tan distinto a otro de Marruecos aún viviendo en África. Igual sucede entre las adolescentes o adultos españoles, rusos, suecos, norteamericanos o venezolanos.
Gracias al descubrimiento de la penicilina, antibióticos e inmunizaciones, el ser humano ha logrado prolongar unos cuantos años más de vida. Llegar a la ancianidad o vejez, no significa necesariamente padecer enfermedades o dejar de soñar, hacer planes o comenzar proyectos; al contrario, podemos disfrutar de una mejor calidad de vida en los venideros años dorados.
Para eso debemos prepararnos desde jóvenes con la práctica de buenos hábitos saludables, así como prever y desarrollar estrategias económicas que nos permitan asegurar los suficientes ingresos para auto abastacernos. Es indispensable proyectarnos hacia el futuro y preguntarnos: ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué puedo hacer con lo que tengo? ¿En qué soy bueno? ¿Cómo puedo apalancarme en mis fortalezas? ¿Cómo puedo incrementar mis ingresos?
En tiempos de incertidumbre financiera, diversifiquemos los ingresos que aseguren satisfacer nuestros gustos y necesidades, evitando convertirnos en una pesada carga para nuestros hijos, quienes seguramente tendrán sus propias obligaciones.
Hay que tener presente que los mayores tesoros de la vejez son la autonomía e independencia.