Epigenética y salud visual

La epigenética se ha convertido en un término de moda; repetida en redes sociales con generalidades e imprecisiones. En el campo de la salud mental, los especialistas coinciden en afirmar que la epigenética se ocupa del “estudio de los cambios en la función de los genes que no involucran alteraciones en la secuencia de ADN, pero que puedan afectar la forma en que los genes se expresan”.

Estos cambios pueden influir en la activación o desactivación de genes; y en consecuencia, en la producción de proteínas, sin cambiar la secuencia genética subyacente. Visto así, ¿Es posible modificar nuestros genes? ¿La epigenética puede influir o mejorar la salud?

La epigenética se entiende como una especie de “interruptor” que regula la activdad de nuestros genes infuenciado por factores ambientales y estilo de vida, que puede transmitirse de generación en generación. En este punto se hace necesario puntualizar que:

  • Los cambios epigenéticos no modifican la secuencia de ADN, a diferencia de las mutaciones genéticas;
  • Factores ambientales como la dieta, el estrés, la exposición a toxinas, y la actividad física, pueden influir en los cambios epigenéticos,
  • Los cambios epigenéticos pueden estar relacionados con diversas enfermedades como el cáncer, enfermedades metabólicas, y trastornos neurológicos,
  • La epigenética determina que genes se activan o desactivan en distintos tipos de células y en diferentes tipos de desarrollo.

En el área de salud visual, los cambios epigenéticos que no modifican la secuencia de ADN, pueden ser causados por factores ambientales como la edad, la dieta, el estrés oxidativo, y la exposición a la radiación ultravioleta. Estos cambios pueden contribuir a enfermedades como el glaucoma, la retinopatía diabética, la degeneración macular asociada con la edad (DMAE), y las cataratas.

Hacerse exámenes regulares de la vista con un profesional de la salud ocular, mantener una distancia adecuada de las pantallas digitales, adoptar descansos visuales periódicos, evitar bajar la cabeza por debajo del corazón, son algunas de las prácticas para proteger la salud de nuestros ojos. Beber suficiente agua e incluir alimentos ricos en antioxidantes, ácidos grasos omega-3, puede ayudar a prevenir enfermedades oculares.

Se abre un campo fascinante que revela cómo los factores ambientales y el estilo de vida, pueden tener un impacto duradero en nuestra salud.

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