Para cuidar pacientes agonizantes, tanto los profesionales de la salud así como los cuidadores deben aceptar y reconocer su propia mortalidad y examinar el significado personal de “muerte”, ya que pueden verse afectados emocionalmente, rebasados por la situación y sufrir “burnout” (agotamiento y fatiga física y mental). Contar con una red de apoyo de grupos de iguales, resulta importante a la hora de ayudar a los profesionales y cuidadores a enfrentar un duelo eficaz.
El estrés relacionado con el contacto prolongado con un paciente agonizante o su familia, debe ser enfocado durante el tiempo efectivo de cuidado y después de la muerte. Las relaciones de apoyo son importantes para la provisión de cuidados emocionales y físicos al enfermo terminal y a sus familiares. Los profesionales se valen de estrategias reductoras de estrés como el mantenimiento de hábitos adecuados de salud, ejercicio regular y actividades recreativas. El uso de un álbum de imágenes, cartas, diarios, en los que el cuidador comparte sus pensamientos y sentimientos respecto a la importancia de la vida del enfermo, es otra manera de facilitar la resolucion del duelo.
Duelos inacabados: En ocasiones la persona no ha tenido la oportunidad de despedirse de sus deudos, o de ayudarles, lo que genera sentimientos de culpa. Ocurren mayormente en los casos de desaparición de personas que jamás aparecen, donde los familiares abrigan la esperanza de que vuelvan en un futuro. Las personas necesitan encontrarle una explicacóin o significado: la razón o el por qué ha pasado esto, por qué sucedió así y no de otra forma; es decir, darle argumento. Necesitan que Dios, o el universo, el jefe, o los hijos expliquen “por qué me han hecho esto”. La necesidad de relato es fundamental; también hay que dar tiempo para que el proceso de duelo pase. Todo esto lleva tiempo y tener consciencia de que se tiene un problema y se necesita hacer algo para superarlo.