¿Satanizamos a la inteligencia Artificial?

A finales de 2022 se anunciaba el desarrollo de la Inteligencia Artificial; pero a comienzos del 2023 fue cuando estalló el boom. Dos grandes colosos Google y Microsoft se enfrentan por la preferencia de los usuarios. Microsoft hace público el ChatGPT de OpenAI, Google ante el inesperado lanzamiento (y sin haberlo previsto), lanza Bing al mercado. Lo novedoso atrapa la atención de cientos de miles de usuarios en el mundo que comienzan a usarlo como medio para la diversión y entretenimiento. En Hollywood lo emplean para recrear escenas y ambientes virtuales abaratando costos de producción; mucho antes que estos las empresas de animación recorrieron un trecho usando las computadoras. La medicina encuentra aplicabilidad para detectar cáncer; con la robótica es posible realizar cirugías con un alto grado de precisión. Las empresas farmacéuticas lo usan para optimizar las medicinas. Los tribunales la usan para clasificar y agilizar los expedientes. Las empresas de vigilancia y seguridad optimizan los servicios para ofrecerlos a sus clientes. 

Sin embargo; los regímenes autocráticos encuentran en la Inteligencia Artificial un amplio abanico de oportunidades para vigilar y espiar a los adversarios políticos, así como también son muchos los que la usan para cometer delitos. Dos caras de la misma moneda.

La Inteligencia Artificial es el resultado del ingenio, innovación y creatividad humana; a través de la construcción de algoritmos y estructuras lógicas autoadaptativas que emulan con precisión la inteligencia natural con gran rapidez. Recordemos que esta inteligencia es capaz de evaluar situaciones hipotéticas o reevaluar decisiones previas para construir una matriz lógica tal como lo hacen los seres humanos que está en un continuo aprendizaje. 

Datos personales como la identidad, domicilio, estudios, empleos y demás documentos se encuentran al alcance de un click; información privada y sensible que puede ser usada por manos inescrupulosas para causar daño. La idea no es alarmar, sino enseñar a las personas a analizar y ser críticos con los contenidos que consuman; además de ser cautos y responsables con la información que proporcionen para evitar ser víctimas de delitos como la estafa. En días recientes se hizo público que en Scottsdale, Arizona, Estados Unidos, una mujer denunció haber sido víctima de un intento de extorsión a través del uso de la Inteligencia Artificial; los delincuentes que clonaron la voz de una adolescente de 15 años, aseguraban tener secuestrada a la joven y le pedían a la familia una millonaria suma de dinero para dejarla en libertad.

Los sistemas de Inteligencia artificial plantean nuevos tipos de cuestiones éticas, por lo que los Estados deben resguardar y garantizar la protección de los datos personales, el medio ambiente, los derechos humanos y garantías fundamentales, la libertad de expresión, la privacidad y la no discriminación. La responsabilidad también es compartida

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