Declaración de Principios Sobre la Tolerancia

En 1995 los países miembros de la UNESCO, adoptaron la Declaración de Principios sobre la Tolerancia. En ella se afirma que la tolerancia no se refiere a indulgencia o indiferencia, sino al reconocimiento de los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de las personas, en la que su práctica puede asegurar la supervivencia de comunidades mixtas en cada región del mundo.

La Declaración describe a la tolerancia no solo como un deber moral, sino como un requerimiento político y moral para los individuos, grupos, y Estados; adicionalmente sitúa a la tolerancia en el marco internacional de derechos humanos, pidiéndoles que legislen para proteger la igualdad de oportunidades para todos los grupos de la sociedad. La injusticia, violencia, discriminación, exclusión y marginalización, son formas en que se manifiesta la intolerancia. La educación y formación en valores, son elementos claves para luchar contra estas formas de exclusión y ayudar a desarrollar en las personas, una actitud y un comportamiento ético.

Propone cinco aspectos a desarrollar por los Estados miembros:

1.- Adopción de un marco legal: Los Estados deben aplicar y garantizar leyes sobre derechos humanos, prohibir los crímenes y discriminaciones contra las minorías, independientemente que sean cometidos por individuos u organizaciones privadas o públicas, así como deben garantizar el acceso igualitario a los tribunales de justicia, a los responsables de derechos humanos y defensores del pueblo a fin de evitar que posibles disputas sean resueltas por la violencia.

2.- Luchar contra la intolerancia exige educación: La intolerancia nace a menudo de la ignorancia y del miedo al otro o a lo desconocido. Por ello la educación debe promover la tolerancia y derechos humanos, para animarlos a tener una actitud abierta y generosa hacia el otro, en la escuela, comunidad, región, país.

3.- Acceso a la información: Promover leyes que promuevan el derecho a la información y libertad de prensa. a fin de evitar que individuos o grupos de individuos manipulen los hechos con desinformación y prejuicios.

4.- Toma de conciencia individual: Autoevaluación, preguntarnos acerca de nuestros juicios y estar atentos a nuestras actuaciones, a fin de romper el círculo vicioso de la intolerancia, ¿soy tolerante o intolerante? ¿Qué situaciones no puedo tolerar? ¿Todo tiene que ser tolerado?

5.- Soluciones locales: La responsabilidad de la lucha contra la intolerancia no corresponde sólo a los Estados, los ciudadanos forman parte de la solución, denunciando problemas, demostrando solidaridad con las víctimas, y desacreditar cualquier propaganda contra el odio.

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