Muchos jóvenes y adultos ocupan su tiempo realizando actividades que producen bienes o servicios en la economía, o bien porque satisfacen las necesidades de una comunidad, o porque proveen los medios de sustento necesarios para los individuos. En general se entiende como trabajo, a la actividad física o intelectual que realizan las personas para alcanzar un objetivo o satisfacer una necesidad.
El trabajo abarca una gran cantidad de tareas, desde la limpieza del hogar, los viajes espaciales, la construcción, producir una obra literaria o una pieza musical, entre otros. En los albores de la humanidad, el trabajo estuvo vinculado con otros aspectos de la sociedad entre los que cabe destacar la pertenencia o no a una clase social, para el acceso a ciertos privilegios y el ejercicio de algunos derechos.
Muy a nuestro pesar, en la actualidad, todavía subsiste el trabajo esclavo (o trabajo forzoso) aún cuando se encuentra prohibido en las legislaciones modernas, las personas son obligadas a trabajar gratuitamente bajo amenazas, con el riesgo permanente de que atenten contra su integridad física o mental. Generalmente las personas sometidas a trabajo esclavo no reciben dinero ni paga alguna por su labor; en algunos casos reciben una paga mínima que apenas les alcanza para subsistir.
En los sectores donde continúan empleando mano de obra esclava, se encuentran la agricultura, la industria manufacturera, la hotelería y el servicio doméstico. El grupo de mayor incidencia de trabajo esclavo es el de los migrantes, quienes se hallan en situación de minusvalía y vulnerabilidad, ya que suelen permanecer de manera ilegal en el país receptor y no pueden denunciar ante las autoridades las condiciones inhumanas a las que han sido sometidos.
Muy a nuestro pesar, persisten grupos delictivos que se dedican a la trata de personas (especialmente mujeres, jóvenes, hasta niños y niñas) quienes sufren por no poder vivir en libertad y por la imposibilidad de volver a sus hogares. En la mayoría de los casos, las víctimas son captadas a través de organizaciones criminales bajo la fachada de falsas campañas de publicidad y/o modelaje. La invitación es a cerciorarse de la solvencia e idoneidad de estas agencias; consultar antecedentes policiales de los promotores; asesórese con profesionales del área; evitar ir solo a las sesiones de fotos; y dude de las ofertas engañosas.
Quienes descubren su propósito o misión de vida, dedican su tiempo a realizar actividades que les gustan, y adicionalmente consiguen que les paguen por eso. ¿Conoces el tuyo?