El trabajo y la responsabilidad

Existen personas que dedican su tiempo a hacer actividades que les apasionan y consiguen que les paguen por eso; ellos ponen empeño, amor e interés en lo que hacen y les causa una gran satisfacción porque les agrada lo que hacen y se sienten útiles al poder ayudar a otros con su esfuerzo y dedicación. Otras personas en cambio no se sienten a gusto ni con la actividad que realizan, ni con los compañeros de labores, o con el horario, o con el sitio de trabajo, o con el salario que devenga.

Por todos es sabido que un trabajador insatisfecho tendrá motivos sufcientes para no cumplir con las responsabilidades inherentes al cargo puesto que no se sienten satisfechos; inclusive si se encuentra en un país cuya legislación y tribunales sean pro-operario, buscará motivos para que le rescindan el contrato y obtener doble indemnización. Ahora bien, si necesitamos obtener fuentes de ingreso que nos garanticen pagar los servicios, el colegio, la manutención, y esparcimiento sostenible en el tiempo, ¿Qué podemos hacer? ¿Qué alternativas debemos explorar?

Muchos jóvenes, adultos y personas de la tercera edad, se sienten más independientes económica y financieramente al producir bienes o servicios que satisfagan las necesidades de un sector o comunidad, o porque proveen los medios de sustento necesarios para los individuos. Estas personas son sus propios jefes, no trabajan para otros ni mantienen una relación de dependencia económica; comienzan con una idea de negocios que van poniendo a prueba en el mercado, evaluando el impacto, la respuesta de los consumidores o usuarios, la tasa de retorno y utilidades.

También podemos encontrar personas dependientes de un salario que se sienten tan identificadas con una empresa o con su desempeño en el cargo de alguna dependencia gubernamental, que no imaginan su vida fuera de estos espacios seguros, donde han visto crecer y desarrollar su carrera profesional, además de hacer grandes amigos.

En todo caso; hay que prepararse para las contingencias ya que ante escenarios de incertidumbre, lo acelerado y competitivo de las economías, la libre competencia (incluso la competencia desleal) y la irrupción de la robótica e inteligencia artificial, pueden causar la pérdida de empleos y fuentes de trabajo de cientos de miles de trabajadores. Desde ya hay que pensar en cómo la tecnología afecta la seguridad o predictibilidad de los ingresos, además de ir planificando actividades donde incorporemos paulatinamente estrategias tecnológicas que nos permitan irse adaptando a los cambios.

El salir de la zona de confort plantea un desafío.

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