El 19 de diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas adopta la Resolición 66/170 para declarar el 11 de Octubre “Día Internacional de la Niña”, para reconocer sus derechos y los desafíos comunes a los que se enfrentan en el mundo, promover su empoderamiento y cumplimiento de sus derechos.
Las adolescentes tienen derecho a una vida segura, saludable, y a recibir educación. Si reciben apoyo efectivo a lo largo de esta etapa, tendrán el potencial para transformar el mundo en que viven como madres, emprendedoras, jefas de hogar y líderes política del mañana.
Si bien es cierto que los gobiernos, sociedad civil y público en general han hecho esfuerzos para mejorar las condiciones de las niñas en el mundo, todavía queda mucho por hacer. Los presupuestos para garantizar las inversiones relacionadas con los derechos humanos de las niñas, siguen siendo limitadas, permaneciendo casi inalterables las dificultades para desarrollar todo su potencial. Frente a este panorama habría que considerar las crisis recurrentes del cambio climático, el Covid, y los conflictos humanitarios.
Las niñas de todo el mundo tienen que superar retos en lo que respecta a su educación, bienestar físico y mental, y la protección necesaria para una vida libre de violencia, ya que siguen sufriendo múltiples desventajas en distintas áreas como salud, educación, participación política, oportunidades económicas, ante las graves amenazas que atentan contra su bienestar y sus derechos.
Hoy más que nunca, alcanzar la igualdad de género es una cuestión de derechos humanos, y una condición previa para el desarrollo sostenible.