A nivel mundial el reconocimiento social al ejercicio de la profesión docente, a menudo refleja grandes discrepancias entre las sociedades. Mientras que en algunos países los profesionales de la docencia gozan de prestigio con sueldos que les permiten vivir holgadamente; otros en cambio devengan bajos salarios que les dificultan satisfacer al menos sus necesidades básicas. En consecuencia, abandonan las aulas de clase para incursionar en actividades más lucrativas con mejores ingresos. El panorama se agrava si se considera que los jóvenes no tienen interés en formarse ni estudiar educación en Pedagógicos ni en Universidades. ¿Y qué pasa con la generación de relevo?
Recientemente en la Cumbre Mundial Docente celebrada en Santiago de Chile (1), Audrey Azoulay Jefa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (UNESCO), alertó acerca de una crisis sin precedentes caracterizada por la escasez de docentes en el mundo debido a los bajos salarios, la violencia, y el incremento de la población estudiantil; señalando además que “la tasa de docentes que abandonan la enseñanza se ha duplicado en los últimos siete años”. Si le sumamos el proceso natural del envejecimiento de maestros y profesores aunado con el aumento del número de estudiantes, cabe preguntarse ¿Qué pasa con los potenciales docentes en formación?
Sin embargo; los paises del mundo siguen enfrentando dificultades para formar, incorporar y retener al personal docente calificado. La Cumbre Mundial sobre las y los Docentes 2025 (2) destaca la necesidad de abordar la escasez de profesionales de la enseñanza, fortalecer la labor de la profesión e invertir en la formación docente. A esta crisis hay que sumar la disrupción generada por la Inteligencia Artificial (IA).
Al integrar la IA en los sistemas educativos, se abren oportunidades transformadoras que plantean a la vez desafíos complejos, ya que implica modificar la pedagogía, el currículo, y formas de gobernanza de la educación; a la vez que plantea profundas interrogantes sobre equidad, reflexiones éticas, y el poder de la acción humana. Del 02 al 05 de septiembre de 2025 en Paris, sede de la UNESCO, se celebrará la Semana del Aprendizaje Digital bajo el tema “La IA y el futuro de la educación: Disrupciones, dilemas y direcciones” cuyo objetivo principal será la de articular esfuerzos que integren la inteligencia artificial en la educación para que sea equitativa, ética y centrada en el ser humano, donde la tecnología sirva como fuerza del progreso inclusivo.
El papel del docente en la educación es insustituible; ya que desempeñan un rol fundamental para guiar a las sociedades frente a los desafíos globales actuales, desde adaptarse a la transformación impulsada por la IA, hasta dotar a los estudiantes de cualquier edad, en habilidades de alfabetización digital, y fomentar tanto la resiliencia como la esperanza en tiempos de crisis y de conflicto.
Los docentes construyen vínculos humanos que ningún dispositivo puede replicar; acompañan a los estudiantes en el desarrollo de capacidades que ninguna máquina puede transmitir como el pensamiento crítico, la reflexión ética, la inteligencia emocional, y el sentido de pertenencia social.
Como sociedad, tenemos que valorar el ejercicio de la profesión docente y dignificar su ejercicio.
(1) y (2) https://www.unesco.org/es/articles/el-personal-docente-no-es-programable