Desde el más sencillo oficio hasta la más compleja y difícil profesión que realice una persona e independientemente del sexo de quien se trate; tenemos que esforzarnos en producir bienes o servicios de calidad para satisfacer a los usuarios que requieran de nuestros servicios. En otras palabras, ofrecer lo mejor e impecable posible; inclusive el ordenamiento jurídico presume la buena fe del consumidor, reconociéndole acciones y derechos, pero no siempre fue así.
Con respecto a quienes producen conocimiento, Universidades y Organismos colegiados de profesionales, la investigación implica la aplicación de principios éticos fundamentales a una variedad de temas que organizan y sistematizan la búsqueda científica. La investigación se construye sobre la base de la confianza; es así como los investigadores confían en informes e investigaciones desarrolladas por otros que le precedieron.
Resulta imprescindible (y hasta deseable) que los resultados de la investigación describan al mundo lo más exacto posible, de forma precisa y libre de prejuicios que influyan en la opinión o toma de decisiones de los usuarios, o les induzcan a error; por eso es recomendable la lectura de diferentes autores que exploren otros puntos de vista, e inclusive que hagan cuestionar nuestros valores y creencias.
La ética se refiere a los deberes, valores y objetivos de una profesión como la transparencia, rendición de cuentas, prestación de servicios de alta calidad y responsabilidad ante los usuarios. Muchas veces nos hacemos una idea de lo que ocurre a nuestro alrededor por lo que otros escriben; pero no hay que olvidar que cada persona tiene su propio punto de vista para interpretar lo que le rodea y no necesariamente coincide con el nuestro.
Viajar, conocer, saborear y ampliar experiencias, nos enriquece el espíritu.